”EL FADO NO ES ALEGRE NI TRISTE “  
¿ Sabeis que soy una enamorada de los fados portugueses?
   Cuando escucho una melodia de un fado , siento que me llega muy profunda
su  saudade y me transporta esa
nostalgia por el terruño. En mi corazón, la tristeza por un amor
truncado, o el desamparo,  que es lo que
expresan en su letra y melodía.
  Podemos decir que han ido evolucionando a través de dos Escuelas; la de Coimbra, que  solo la cantan hombres y resalta la vida de
esta ciudad estudiantil y la de Lisboa, que es la que más me gusta y  que siempre
tratará sobre las  tristezas, al amor perdido o la nostalgia propia de ese pueblo.
   Desde que llegué a este país en el año del Milenium , mi deseo siempre era visitar ese país . Al pasar los años y sólo cuando llegué a esta tierra gallega de Vigo,  pude realizar ese sueño . 
  Un día hicimos este  viaje. Por supuesto que la ciudad elegida fue Lisboa, entre otras cosas,  para poder recorrer algunas de las casas donde
se podía escuchar los fados y  recomendado  por unos amigos, nos dirigimos
al Barrio de Alfama, con la intención de visitar "La Taberna do Embucado."
  Este barrio me trajo a la memoria muchos de mi propio país. Las callejuelas estrechas, las flores en los
balcones, el tendido de las ropas en las fachadas con la diversidad de colores.
Su olor a barrio pobre. Todo me llevó a la saudade por mi tierra.
  Seguimos por
las callejuelas adoquinadas, adornadas con escaleras y barandillas para evitar
caer en nuestra intensión de llegar al lugar elegido hasta que llegamos a "La
Taberna do Embucado".
  Estaba repleta de público , pero pudimos conseguir un lugar . Cenamos por supuesto el famoso Bacalao a la brasa y al final de la cena,  en lo que tomábamos un  exquisito vino , bajaron la intensidad de
la luz y  se hizo un silencio absoluto. No se tocaron más vasos o cubiertos. 
  Nos dejamos  llevar por el ambiente íntimo que iba desprendiendo
el local  y de pronto… ¡Voilá! 
  Y es entonces
y solo entonces que la vemos. Una señora vestida de negro se levanta de una de
las mesas que llenan el local e inmediatamente se oye el desgarro en el aire de su  potente voz.  
  Comenzaron  a vibrar sus cuerdas vocales con  un melancólico grito de tristeza y ternura a Lisboa, la
partida del emigrante  y el amor a las
blancas calles de la capital del Tajo. Más tarde  fueron levantándose muchos más, dispersos como
les dije anteriormente,   entre el público que repletaba la Taberna. 
Y disfrutamos de una exquisita velada , en la semipenumbra , escuchando fados tiernos y tristes.
Y disfrutamos de una exquisita velada , en la semipenumbra , escuchando fados tiernos y tristes.
¡Fue una Romántica y Dulce Noche!
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